Me cogiste cuando apenas era un niño, entregándome dos alas pa volar, yo firmé sin leer la letra pequeña, donde ponía la ostia que me iba a pegar, con el tiempo solo me fui dando cuenta, que lo raro no era lo de los demás y que tu eres sin dudar un arma blanca mas dañina que ninguna de metal. Y ahora el tiempo, siempre correrá en mi contra, porque yo, se que no descansaras, cuando crecen mis complejos veo tu sombra, ofreciéndome la falsa libertad.
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